1. Primera lectura general
Lo ideal es comenzar haciendo una lectura general del texto. Esta lectura no tiene que ser ni pausada ni tampoco acelerada. Debes leer de forma natural. Allí tendrás el primer contacto con el contenido y los temas que se presentan. Al finalizar la lectura deberías tener una idea general sobre qué trata el texto y cuál es su estructura.
Si te encuentras estudiando en la universidad alguna carrera de ciencias sociales o psicología, puede que tengas mucho material para estudiar y no puedas darte el lujo de hacer esta primera lectura ya que insume demasiado tiempo
2. Una idea por párrafo
La idea de resaltar es hacerlo lo menos posible. Piensa un poco al respecto. Cuanto más subrayes, menos estarás resumiendo y más tendrás que recordar luego.
Tu objetivo es identificar los conceptos más importantes del texto. Por ello, la idea es siempre identificar una idea principal por párrafo. Eso no significa que debas subrayarla. Debes identificarla y luego evaluar si es realmente importante o no. Si lo es, la subrayarás.
3. Notas en los márgenes
Realizar anotaciones en los márgenes del texto que hay que estudiar es de gran ayuda. Entre los distintos tipos de notas que puedes agregar se encuentran las siguientes:
- Datos complementarios. Comentarios que te ayuden a entender lo que dice el texto.
- Parafraseo de las frases del texto. Esto es útil cuando hay mucho lenguaje técnico.
- Información sobre el estudio propiamente. Una especie de meta información. Esto es, por ejemplo, destacar qué partes entran en el examen, o qué partes mencionó la profesora en clase y aspectos de ese estilo.
4. Destacar palabras claves
En la materia que estudias seguramente haya lenguaje técnico. Las palabras nuevas que vayas aprendiendo sobre este léxico puedes ser destacadas de forma diferente.
Las notas al margen cerca de estas palabras destacadas pueden aclarar que se trata de definiciones o buscar en el diccionario para aclarar dudas.
5. Usar colores
La idea del subrayado o resaltado es que el texto se destaque y que los ojos se vayan de forma automática a esas partes. Para ello, es necesario subrayar con colores. En este aspecto, debo decir que es preferible el resaltado, ya que pinta y envuelve los conceptos, dándoles un fondo de color
Alcanza con utilizar un solo color de resaltador. Sin embargo, si lo prefieres puedes utilizar más de uno. Si lo vas a hacer, intenta mantener un orden en los colores. Es decir, usa cada color para destacar aspectos similares del texto. Por ejemplo, un color para ideas generales, otro color para destacar definiciones y otro para datos puntuales como fechas, fórmulas o estadísticas.
6. Repaso leyendo solo lo subrayado
Para saber si el subrayado ha sido eficiente, luego de haber completado el texto, hay que volver a repasarlo. Pero en este caso, solamente leyendo lo que se resaltó. Allí deberás prestar mucha atención para determinar si las ideas del texto están representadas en lo que has destacado, y si no has incluido ideas que están de más.
7. Volcar lo subrayado a un esquema
Algo que puedes hacer de forma complementaria al subrayado es pasar las ideas principales del texto a un esquema.
La forma más sencilla es hacer un cuadro sinóptico con los temas más importantes en una jerarquía sencilla de entender.
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